El pasado 1 de diciembre Miqui Puig era entrevistado por Andreu Buenafuente en su programa como consecuencia del lanzamiento al mercado del último disco del cantante catalán. El ex vocalista de Los Sencillos (ver foto) salió al plató enfundado en una bomber cubierta de parches regalados por sus fans entre los que se podía distinguir el característico puño negro keep the faith. La entrevista fue breve, sin embargo el popular cómico fue directo al grano-que nos interesa-con sus preguntas para conseguir recalcar varios aspectos importantes en la personalidad del músico: su gusto por la música negra y su pasado mod, la defensa del vinilo y su pasión por el northern soul. He aquí, cuando Buenafuente mismo citaba el northern soul como música preferida de Puig, cuando mis cejas se arquearon cual presidente Zapatero en un gesto de incredulidad y pasmo: en un programa de máxima audiencia, entre los cuáles seguramente también se incluyan por desgracia todo tipo de ceporros, cós y demás micos, se iba a hablar de ésa bendita música. Después de hacer una breve y tópica (profundizar hubiese sido perder el tiempo) aclaración sobre qué es el northern soul, el cantante y el presentador sacaron ambos unas bolsas de deporte al más puro estilo 70´s, la toalla, varios singles y los polvos de talco, es decir, todo el ritual. Miqui Puig esparció un poco sobre el plató ante la extrañeza de presentador y público, pidió la correspondiente música y comenzó a deslizar, por decir algo, con Buenafuente mientras los espectadores presentes daban palmas. El caso es que al humorista le hizo gracia el asunto y estiró el tema unos minutos.
Consecuencia. El famoso presentador de Factor X (aparte de pinchadiscos y cantante, que realmente es lo que es) declara en un espacio nocturno seguido por miles de espectadores que lo que a él le gusta es una música que se llama northern soul, ála, tócate los cojones. Es más, tuvo el detalle de recalcar que en España había escena northern y buenos bailarines como Eduard Domingo. Francamente me alegré, y mucho, porque Puig podría haber hablado mucho más de él, de su evolución musical o de otras cosas, pero la palabra clave con la que se puede resumir su paso por el programa es northern. Yo supongo que ésa misma noche, muchas de las personas que vieran el programa y cuya cultura musical fuera nula, empezarían a rastrear por la red en busca de respuestas ante tamaña ignorancia sobre el asunto. Es más, me atrevería a asegurar que al día siguiente la venta de recopilatorios compactos de northern soul subió como la espuma por toda la nación, siendo adquiridos por jóvenes y jóvenas deseosos de estar lo más in. Ah, pequeños ignorantes, buscar en internet, observar videos, ver como hace treinta años la música soul hacía girar y girar a la juventud del norte de Inglaterra a base de piruetas y acrobacias mezclando en sublime elegancia la música negra y el baile. Sí amigos, las vueltecitas y demás giros imposibles no los inventó Bisbal, no, eso ya está inventado hace mucho. Ni tampoco la música latina la inventó Chayanne (o como coño se escriba) o Africa Bambata, tampoco. Ver con detenemiento el video del tema de la galesa Duffy "mercy" o el video de unos pocos años atrás del tema "familiar feeling" de Moloko, dos ejemplos de rendido tributo al baile northern.
Consecuencia. El famoso presentador de Factor X (aparte de pinchadiscos y cantante, que realmente es lo que es) declara en un espacio nocturno seguido por miles de espectadores que lo que a él le gusta es una música que se llama northern soul, ála, tócate los cojones. Es más, tuvo el detalle de recalcar que en España había escena northern y buenos bailarines como Eduard Domingo. Francamente me alegré, y mucho, porque Puig podría haber hablado mucho más de él, de su evolución musical o de otras cosas, pero la palabra clave con la que se puede resumir su paso por el programa es northern. Yo supongo que ésa misma noche, muchas de las personas que vieran el programa y cuya cultura musical fuera nula, empezarían a rastrear por la red en busca de respuestas ante tamaña ignorancia sobre el asunto. Es más, me atrevería a asegurar que al día siguiente la venta de recopilatorios compactos de northern soul subió como la espuma por toda la nación, siendo adquiridos por jóvenes y jóvenas deseosos de estar lo más in. Ah, pequeños ignorantes, buscar en internet, observar videos, ver como hace treinta años la música soul hacía girar y girar a la juventud del norte de Inglaterra a base de piruetas y acrobacias mezclando en sublime elegancia la música negra y el baile. Sí amigos, las vueltecitas y demás giros imposibles no los inventó Bisbal, no, eso ya está inventado hace mucho. Ni tampoco la música latina la inventó Chayanne (o como coño se escriba) o Africa Bambata, tampoco. Ver con detenemiento el video del tema de la galesa Duffy "mercy" o el video de unos pocos años atrás del tema "familiar feeling" de Moloko, dos ejemplos de rendido tributo al baile northern.
Yo descubrí el northern soul a mediados de los 90 gracias a un amigo llamado Carlos; aquello fue como descubrir El Dorado, como poner la guinda al pastel. Creo que el primer tema que realmente me atrapó fue You´ve gone too long de Ann Sexton y desde entonces ésta música no me ha abandonado, ni lo hará, porque es la crema suprema.
Si bien en el Reino Unido los amantes de ésta música son de variada clase, en España la escena northern pertenece, por así decirlo, a mods (o antiguos mods) y a escuteristas de manera casi exclusiva pues fue a través de ellos como dichos sonidos empezaron a escucharse en nuestro país. Y desde hace poco en Valencia se está asentando la auténtica trinchera de resistencia gracias a la organización seria y trabajada del Gonna Be a Big Thing de la mano de Albert Petit y Dani Herranz, los cuáles se merecen un monumento por hacer lo que están haciendo. Así que desde éste humilde blog, gracias Miqui Puig.
Si bien en el Reino Unido los amantes de ésta música son de variada clase, en España la escena northern pertenece, por así decirlo, a mods (o antiguos mods) y a escuteristas de manera casi exclusiva pues fue a través de ellos como dichos sonidos empezaron a escucharse en nuestro país. Y desde hace poco en Valencia se está asentando la auténtica trinchera de resistencia gracias a la organización seria y trabajada del Gonna Be a Big Thing de la mano de Albert Petit y Dani Herranz, los cuáles se merecen un monumento por hacer lo que están haciendo. Así que desde éste humilde blog, gracias Miqui Puig.
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