Estamos a 18 de febrero del 2021 y todo sigue (casi) igual, es decir, restringido y encorsetado. Se añoran cosas tan simples como juntarse con los amigos a tomar una caña y escuchar o poner discos; qué simple y cotidiano suena, ¿verdad? Pues en estos momentos eso se ve como un lujo asiático, como algo irrealizable, cosas del pasado, etc. Y ya no digo juntarse (más de cuatro, claro) a lomos de las vespas con el sano objetivo de hacer unos kilómetros y almorzar unos huevos fritos, aunque la verdad sea dicha esa bonita costumbre ya la perdimos antes de que llegase el maldito virus. Y qué decir del fútbol...aunque mejor eso vamos a dejarlo, cierto.
Pues nada, seguiremos esperando a que la vida normal, esa que antes no valorábamos en su justa medida y que ahora suplicamos que regrese, vuelva cuanto antes vía vacuna e inmunización. Mientras, sigamos escuchando buena música, en casa o en el coche, comprando algún disco, encargando alguna revista o, y esto es muy importante amigos, arrancando de vez en cuando la scooter para que no se muera de asco en el garaje.
Ah...y no olvidemos nunca a los que ya no están. Porque ellos siempre estuvieron a nuestro lado.
David
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