Se acaba 2013, un año que en lo colectivo como país podríamos calificar de nefasto y en lo personal de intenso ya que tener un hijo lo cambia todo. Ahora empieza otro año, el de la recuperación dicen. Pues a ver si es verdad. A ver si es verdad porque teniendo como dirigentes a la caterva de inútiles que tenemos, y englobo a unos y otros, rojos y azules, del centro y de la periferia, cualquiera se cree este nuevo anuncio de brotes verdes. Claro que, aunque sea por probabilidad, igual es cierto. Pero de todas formas, aunque sea cierto, sigue habiendo empresas que se permiten el lujo de, una vez cerrado el año con beneficios, presentar a sus empleados una bajada de sueldo y nuevos despidos; y vuelta a rezar. Otro año más. Y no hablemos del iluminado que lleva a su pueblo al desastre con tal de tapar su ineptitud y su corrupción. Desastroso, pobre Iberia, vieja Hispania, en manos de quién estamos. En fin.
Podría hablar de fútbol, por cambiar de tercio y animarme
más, pero es que si toco el palo del balompié igual me tiro por la ventana.
Otro inútil, otro inepto abrazafarolas, ¿cuándo te irás y nos dejarás en paz,
desgraciado? En fin, otra vez.
Pues eso, encajemos los golpes con los dientes apretados y
tiremos hacia adelante, y esta noche brindemos todos por un año mejor, una vida
mejor y una España mejor. Recordar que más se perdió en Cuba…y vinieron
cantando.
Feliz Año!
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