Ya estamos en casa, de vuelta de una jornada gastronómica por la ciudad. Hemos hecho lo que popularmente se conoce por estos lares como un zaragozano, es decir, salir de casa para tomar el vermú y alargar la cosa hasta la tarde-noche. Y bien que lo hemos hecho. Nos hemos juntado con unos buenos amigos, Eva y Jesús, y nos hemos ido a uno de los mejores bares de Zaragoza para tapear, el Cervino, en el barrio de La Almozara. Parka, vespa, cierzo soplando y para el Cervino a degustar vinicos, queso fundido, solomillo con foie, montaditos de jamón batido, tapas de trigueros, de bacalao...etc. La única nota "negativa" es que cuando hemos llegado el bar, éste estaba tomado por seguidores del Atleti (peña los voluntarios, creo)que estaban vermuteando antes, supongo, de partir rumbo a casa. Yo que ya me había olvidado del fiasco de ayer he tenido que sufrir durante unos minutos al recordar lo mal que estamos, y lo mal que vamos a estar. Maldito fútbol, quién nos ha visto y quién nos ve. Agapito, cuánto daño nos has hecho, maño, cuánto daño.
Después del excelente vermú nos hemos ido por un par de bares del barrio a tomar los correspondientes cafés y licores, como mandan los cánones, para terminar en un garito de Conde Aranda charrando sobre esto y aquello. Y ya cansados, despedida, vespa y para casa. Cuando llego pongo el teletexto y compruebo que el CAI ha perdido de veinte con el Barça y que los resultados futbolísticos han devuelto al Real a la zona de descenso. Así que hundido moralmente me he puesto a escribir estas lineas mientras escucho el disco Sunny side up de Lou Donaldson. Buen jazz para terminar el finde.
Y mañana Dios dirá.
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