Se terminó el III Tudela Scooter Meeting y lo primero que me viene a la cabeza es que no llovió. Según las previsiones el fin de semana iba a estar pasado por agua, descenso de temperaturas, viento, el Apocalipsis. Pero no, las temperaturas bajaron, es cierto, pero a pesar del negro cielo tuvimos la suerte de que no nos cayó ni una gota mientras estuvimos rodando: viaje de ida, rally y viaje de vuelta; el Señor estuvo con nosotros, je, je.
El sábado partimos a las 9:45 desde el punto de encuentro una buena tropa entre flamingos y allegados: en escúter Jorge, Silvia, Vespasiano, Jóse, Javi, Juanito, Rubén y yo mientras que en coche nos seguían las féminas Elena, Pili, Berta y Bea. El viaje fue absolutamente limpio, es decir, ausencia total de incidentes lo cuál es inaudito para un viaje flamingo, así que llegamos a Tudela antes de las 11. Fuimos directos a la Plaza de los Fueros más que nada para tocar chufa y decir "aquí estamos" aunque rápidamente cada uno nos dirigimos a nuestros respectivos hoteles a dejar los bultos y aprovechar también para poner gasolina. De vuelta a la Plaza nos encontramos a Chute recién llegado, continuamos con los saludos de rigor, formalizamos inscripciones y almorzamos; y sin apenas darnos cuenta comenzó el rally. El recorrido fue bonito y largo pero sin embargo no se hizo pesado, o al menos eso es lo que me pareció. Pasamos por varias poblaciones, incluso entramos brevemente en La Rioja para luego entrar de nuevo en Navarra y hacer la parada intermedia en las bodegas Marques de Montecierzo, lugar al que acudió Sergio desde Zaragoza ya que por su horario de trabajo no pudo salir con nosotros. El dueño de la bodega nos estaba esperando de mala ostia porque llegábamos una hora tarde.
El sábado partimos a las 9:45 desde el punto de encuentro una buena tropa entre flamingos y allegados: en escúter Jorge, Silvia, Vespasiano, Jóse, Javi, Juanito, Rubén y yo mientras que en coche nos seguían las féminas Elena, Pili, Berta y Bea. El viaje fue absolutamente limpio, es decir, ausencia total de incidentes lo cuál es inaudito para un viaje flamingo, así que llegamos a Tudela antes de las 11. Fuimos directos a la Plaza de los Fueros más que nada para tocar chufa y decir "aquí estamos" aunque rápidamente cada uno nos dirigimos a nuestros respectivos hoteles a dejar los bultos y aprovechar también para poner gasolina. De vuelta a la Plaza nos encontramos a Chute recién llegado, continuamos con los saludos de rigor, formalizamos inscripciones y almorzamos; y sin apenas darnos cuenta comenzó el rally. El recorrido fue bonito y largo pero sin embargo no se hizo pesado, o al menos eso es lo que me pareció. Pasamos por varias poblaciones, incluso entramos brevemente en La Rioja para luego entrar de nuevo en Navarra y hacer la parada intermedia en las bodegas Marques de Montecierzo, lugar al que acudió Sergio desde Zaragoza ya que por su horario de trabajo no pudo salir con nosotros. El dueño de la bodega nos estaba esperando de mala ostia porque llegábamos una hora tarde.
Después de explicarnos muy brevemente, y con el morro torcido, la historia de ésas bodegas nos pasaron al interior en donde se nos ofreció una cata de vinos variados (jodo, cómo estaba el moscatel) más unos trocicos de chorizo que volaron en un santiamén. La "simpática" anécdota que ayudó a encabronar aún más al bodeguero fue la apertura, por parte de alguien, de una botella gran reserva que el hombre tenía de exposición. Pues sí, es para enfadarse, pero también hay que ser humilde y reconocer tu error; y tu error no es otro que poner dicha botella en la misma mesa donde están las botellas de la cata, es decir, que lo pusiste a huevo y claro…abierta. Bueno, pasado el trance nos piramos de la bodega y salimos pitando hacia Arguedas donde nos esperaba la comida: verduras, pochas, ensaladas y jarretes que nos ayudaron a quitarnos el frío del cuerpo y coger fuerzas. Tras helados y cafeses vinieron los trofeos y mira tú por donde el Flamingo SC se llevó el de club más numeroso; joder, hacía tiempo que no nos llevábamos nada. Además la guinda al pastel la puso Rubén con su premio a la mejor vespa; buen día para la tropa maña. Finalizado el ritual partimos a Tudela a la velocidad del diablo lo cuál demuestra que tras las comidas los rallies se hacen más rápido, ¿porqué será? De todas formas el que sí que iba rápido era el vitoriano Txopez con su vespa "de otro mundo"; madre mía que pepino.Llegados a Tudela nos dirigimos al polígono donde se iba a celebrar la gymkhana la cuál no se celebró debido a la nula colaboración por parte de los de la discoteca Noboo, así que la cosa se redujo a un simple sorteo de regalos al aire libre que por cierto era de lo más fresco y unos pocos litros de cerveza cuando al parecer había pactados dos barriles; hay que reconocer que a los de la organización se la jugaron bien los tipos de la disco.
Por la noche, y con el espíritu elevado por la victoria zaragocista en Eibar, nos acercamos al lugar de la cena y fiesta, el Pub Boulevard Street, pero sorprendentemente estaba cerrado así que hicimos tiempo en el bar de al lado (de los mismos dueños) tomando unas cervezas. Una vez abierto el pub nos pasamos allí y disfrutamos de la copiosa cena que nos había preparado la organización a los pocos presentes y es que, una vez más, se demostró que la asistencia nocturna en los rallies es deficiente aunque supongo que esto daría para un largo y denso debate que ahora no viene al caso. Por desgracia la música se vio afectada por el infortunio y la pinchada se retrasó debido a problemas con una aguja, problemas que luego continuaron con un plato aunque, a trancas y barrancas, finalmente hubo música a cargo de Ibán y Fran&Bea.
Poco a poco como es habitual la tropa maña nos fuimos retirando a nuestros aposentos a descansar y ya el domingo volvimos a casa sin mayores problemas. Una concentración más que añadir a la memoria (nunca olvidaremos a Manolitros) y un trofeo más para éste extraño club o lo que sea que es el Flamingo Scooter Club de Zaragoza.
Bien por Tudela!
Por la noche, y con el espíritu elevado por la victoria zaragocista en Eibar, nos acercamos al lugar de la cena y fiesta, el Pub Boulevard Street, pero sorprendentemente estaba cerrado así que hicimos tiempo en el bar de al lado (de los mismos dueños) tomando unas cervezas. Una vez abierto el pub nos pasamos allí y disfrutamos de la copiosa cena que nos había preparado la organización a los pocos presentes y es que, una vez más, se demostró que la asistencia nocturna en los rallies es deficiente aunque supongo que esto daría para un largo y denso debate que ahora no viene al caso. Por desgracia la música se vio afectada por el infortunio y la pinchada se retrasó debido a problemas con una aguja, problemas que luego continuaron con un plato aunque, a trancas y barrancas, finalmente hubo música a cargo de Ibán y Fran&Bea.
Poco a poco como es habitual la tropa maña nos fuimos retirando a nuestros aposentos a descansar y ya el domingo volvimos a casa sin mayores problemas. Una concentración más que añadir a la memoria (nunca olvidaremos a Manolitros) y un trofeo más para éste extraño club o lo que sea que es el Flamingo Scooter Club de Zaragoza.
Bien por Tudela!
5 comentarios:
me alegro David, un abrazo...
Que bien lo pasemos,co!!!!
Ya tengo cogido el ave,así que no fallo para Vitoria.
Keep on running!!!!
Juanflamingosc
Así me gusta Juanito, a Vitoria!!
buena crónica, espero lo pasarais bien, y en Vitoria nos veremos.
Un saludo
Un placer de nuevo ir a Tudela. Nos vemos en Vitoria.
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