Hacía días que no cogía la vespa y hacía siglos que no
acudía a un concierto. Bueno, pues el viernes maté dos pájaros de un tiro.
Montados en vespa acudimos a ver el bolo de los Faith Keepers, nos juntamos
allí con unos pocos flamingos (qué pocos somos, redios) más Jandro y Marta,
charramos un poco sobre la Cierzada que tantos quebraderos de cabeza nos trae,
y luego todos pitando al Tramsburgo a comer un bocata con La Romareda a nuestro
lado. Un buen plan, un buen viernes, y qué bien sienta.
1 comentario:
Sería un más si hubiese arrancando la lambretta jajaajaja pero bueno lo suplimos bien con el mini .. hay que repetir mas viernes de cervezas y comidas y risas ....
Jandro.
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