X CIERZADA: Los hechos

Se acabó la décima. Sabor agridulce sería el perfecto resumen. Una parte positiva representada por aquella gente que una vez más nos ha brindado su apoyo asistiendo al evento y otra negativa basada por un lado en la condena que arrastramos desde hace cinco años (los no afectos al Régimen pagan un precio) y por otro en la poca comprensión de cierta gente que al parecer se piensa que organizar esto nos sale gratis, y que ponemos una inscripción para lucrarnos. Pues no, no es así, pero bueno, confiemos en la inteligencia del ser humano y a ver si un año de estos lo comprenden. No obstante hemos visto que el patrón de concentración que hemos seguido hasta ahora está obsoleto, ya no da más de sí, y además nos genera problemas así que al año que viene la Cierzada seguirá otra línea casi con toda seguridad.

La lluvia del viernes supongo que tiraría para atrás a bastante gente, ya no sólo para acercarse a inscribirse sino puede que incluso para descartar por completo el participar suponiendo que el sábado también habría agua. No obstante la velada nocturna en el Arena Rock estuvo bastante bien; los Shepherd´s Bush se mantuvieron fieles a su estilo, Félix y Jesús estuvieron notables en los platos y la proyección de fotos creo que agradó a la gente. Tanto es así que muchos acabamos a las cinco o más tarde en casa, es más, alguno que otro pagó el duro precio de la resaca perdiéndose el rally e incluso la comida.

El sábado por la mañana no tardamos mucho en darnos cuenta de que la asistencia iba a ser menor, a pesar de que salió un día excelente, y de que además tampoco íbamos a poder salir a tiempo para poder cubrir la larga y bonita ruta que habíamos programado. El retraso de algunos participantes que por motivos varios (justificados, la verdad sea dicha) no pudieron llegar a la hora indicada nos obligó a tomar la decisión de acortar la ruta en unos 30 kilómetros o de lo contrario nos arriesgábamos a sentarnos a comer a la hora de la merienda. Así que dicho y hecho, sobre las 12:50 más o menos salimos por la carretera de Valencia en dirección a Fuendetodos un pequeño grupo de escuteristas dispuestos a pasar una buena jornada aunque al poco rato tuvimos la primera baja; la vespa de Alberto dijo basta y hubo que subirla a la furgoneta. Luego, a pocos kilómetros de la localidad natal de Goya, pinchaba Fernando de Vitoria pero el asunto fue rápidamente solucionado. En Fuendetodos estuvimos un rato tranquilamente refrescando el gaznate y llegado el momento dimos media vuelta y desandamos lo andado para llegar de nuevo a Zaragoza y cruzar al cuarto cinturón que rápidamente nos llevaría al restaurante situado en la plataforma logística PlaZa. La comida en mi opinión estuvo muy bien, y abundante, aunque más abundante fue el sorteo de regalos; alguno se llevó a casa una auténtica colección de gorras y camisetas. La parte gastronómica de la jornada se saldó con un tira y afloja con el dueño del restaurante (lógico, por otra parte, pues defendía su negocio) ya que acudimos menos comensales de los pactados pero la cosa pudo solucionarse cediendo un poco ambas partes. No es fácil organizar estas cosas, y siempre hay riesgos, riesgos que se tiene que comer la organización en caso de problemas. Esto enlaza con lo que he comentado al inicio del relato.

Tudela se llevó los premios al club más numeroso y a la mejor vespa (Luis), mientras que la mejor lambretta se fue para Iñigo de Vitoria. El más lejano, Javi Vulcan (Barcelona).

Por la noche acudimos una treintena de personas a la cena; barril, northern soul y abundante picoteo y como colofón el intento de timo por parte de los dueños del establecimiento que de repente se sacaron de la manga que había que pagar el doble de lo establecido porque donde dije digo, digo Diego, y que entendisteis mal el precio y tal y tal; para flipar. Discusión, tirantez, tensión…nos fuimos de allí (para no volver nunca más) y ya veremos como solucionamos esto. Ya en el Mar de Dios, a salvo de todo infortunio, problemas o inquietudes, nos dedicamos a disfrutar de la buena, excelente, música que pincharon Luis Mr. Perfecto y Javi Trojan. Ahí estábamos flamingos y amigos, vitorianos, un pamplonica y un alcalaíno; no hacía falta más. A las 4:30 se ponía punto final a la sesión, hacíamos la foto de familia y estrechábamos manos en espera de un próximo encuentro allá donde sea menester.

Y el domingo cerramos oficialmente todo con la típica salida a comer a "Los Caracoles", nuestro rincón favorito, a la cuál vino Roberto de Pamplona ya que le venía de paso. El año que viene la XI, por supuesto.

FIN

Pd: Gracias por vuestra colaboración y asistencia, especialmente al BSC Vitoria, Igu, Tudela SC, Javi Alcalá, Javi Vulcan, Roberto (Pamplona), foro vesparagón, Félix, Chabo, Luis, Javi Trojan, Ángel y Caquin. Si me dejo a alguien que merezca nuestro agradecimiento, no se me tenga en cuenta, estoy molido y he madrugado mucho; mis neuronas están bajo minimos.

El Doctor